¡Antes que todo... tengo buenas noticias! English versionEstoy sumamente emocionada con la buena nueva: la isla de Desecheo, ubicada al noroeste de Puerto Rico, ha sido declarada libre de especies invasoras. Esto ocurre luego de casi medio siglo de monitoreo y manejo de mamíferos invasores como lo son las ratas y las cabras. Las ratas son una especie sumamente difícil de eliminar de un ecosistema una vez es invadido, además ellos son el depredador principal de nidos de aves. Por otra parte, las cabras destruyen la vegetación nativa de la isla erradicando así refugios para otras especies, además que modifican levemente el suelo. Manejar y eliminar estas dos especies es clave escencial para el funcionamiento del ecosistema. Este proyecto de restauración fué un esfuerzo colaborativo por parte de Servicio federal de Pesca y Vida Silvestre, Island Conservation, el Departamento de Agricultura federal, Bell Laboratories y Tomcat. Para más info: Island Conservation. Ahora que estamos en el tema de las especies invasoras ...como saben (o no), un protagonista clave en mi investigación es la pequeña mangosta de la India (Herpestes auropunctatus). Esta especie es catalogada como una de las especies mamíferas más invasivas del mundo, fue introducida en muchas islas del Pacífico y el Caribe. A este organismo se le ha culpado por la exterminación de muchas aves, reptiles y especies de anfibios. No hace mucho un documento del Dr. Francisco Watlington Linares, profesor de geografía de la Universidad de Puerto Rico, aterrizó en mi buzón de correo electrónico. Su artículo titulado "Presuntos implicados: ratas y mangostas ¿plagas ecológicas? " ha estado rondando por mi mente desde entonces. El Dr. Watlington sostiene que la mangosta y las ratas en Puerto Rico llegaron a ocupar un nicho (un lugar en un ecosistema) que quedó vacío al llegar los colonizadores Europeos. Se sabe que cuandolos colonizadores llegaron, llevaron a la extinción una especie de mamífero residente en la isla. Este argumento llamó inmediatamente mi atención por varias razones, una de ellas es que en ese momento (2014) me estaba involucrando con el concepto de "Novel Ecosystems" a través de una beca. Sinceramente creo que se trata de una hipótesis interesante (al menos para la mangosta), sin embargo la evidencia presentada por el Dr. Watlington para apoyar su argumento no me convenció realmente de que las mangostas ocupan un nicho dejado por una especie extinta. En los párrafos siguientes intento explicar por qué no estoy convencida. Estoy de acuerdo con el Dr. Watlington en que debemos estudiar cuidadosamente el rol de las mangostas y las ratas en los ecosistemas insulares y aprecio su disposición a desafiar el conocimiento aceptado, pero tengo muchas preocupaciones con las evidencias y conclusiones que el Dr. ha presentado. Su argumento principal es que las mangostas están ocupando una brecha ecológica en la red alimentaria de la isla. Propone que la ya extinta musaraña puertorriqueña (Nesophontes edithae) es análoga a la mangosta, y aunque no fue explícito al respecto, puede estar proponiendo que la comunidad faunística de Puerto Rico no habría sido afectada por las introducciones de mangostas en la isla. Columna izquierda. Arriba: Musaraña Nesophontes, se dice que las especies más grandes eran del tamaño de un topo (Scalopues aquaticus) o de ardillla listada (Tamias stiatus). Medio: Cráneo de Nesophontes de 750 años de edad, se encontró en un pellet de búho. Abajo: Un dibujo del cráneo. Columna derecha. Arriba: La mangosta de la India, aproximadamente del tamaño de un hurón adulto (Mustela putorius furo). Abajo: El cráneo de Herpestes ichneumon (otra especie de mangosta) La idea de que la mangosta vino a ocupar un nicho vacío tiene un descalce de tiempo ecológico y evolutivo. En primer lugar, Nesophontes se clasifica como un insectívoro que se extinguió poco después de la llegada de los Europeos (es decir, siglo XVI) (Turvey, 2010). Las mangostas son omnívoros en el orden Carnivora, una Orden totalmente diferente que los mamíferos clasificados en Insectivora. Esto plantea la pregunta: ¿fue la comunidad faunística en la isla afectada por la ausencia de musaraña en los próximos 400 años antes de que se introdujera la mangosta? El rol de los nesophontes en la red alimenticia de la isla sigue siendo en gran parte desconocido. Por otra parte, el Dr. Watlington afirma que "su cráneo [Nesophontes] y mandíbulas son paralelos a la mangosta". Esto es incorrecto. El cráneo de la mongosta y las mandíbulas, especialmente los caninos, son muy diferentes a los de la musaraña puertorriqueña. Las diferencias comienzan con los cráneos: el hocico alargado de una musaraña y el parecido vivérido de la mangosta. En un estudio de Turvey (2010) encontraron además que los caninos superiores de la musaraña poseen ranuras longitudinales definidas los cuales se asemejan mucho a otras especies con sistemas conocidos de suministro de veneno dental, mientras que la mangosta simplemente no lo posee. Dadas las razones que el Dr. Watlington proporciona para ver la mangosta como un reemplazo de un análogo funcional, su hipótesis no se sustenta. Especies naturalizadas: "una especie introducida que se ha adaptado y se reproduce con éxito en su nuevo entorno, un concepto por el cual, después de algún tiempo o generaciones, los inmigrantes o sus descendientes son considerados nativos".Mi opinión general sobre esto: Creo que el autor socava evidencia de múltiples estudios de la mangosta sobre su capacidad de afectar negativamente a otras especies. Afirma que en 1992 un herpetólogo (Robert Henderson) reconoció que las causas reales del declive herpetofaunal en las islas se debían a factores biogeográficos y a la pérdida de hábitat, lo cual es cierto, pero debemos tener en cuenta que las introducciones de especies también funcionan sinérgicamente con la pérdida de hábitat y la biogeografía. No podemos utilizar el argumento de pérdida de hábitat para negar el impacto de especies invasoras, si no se incluye el manejo de invasoras, estaríamos dando un paso atrás a nuestra comprensión sobre el manejo de especies y las implicaciones para la conservación. Se sabe que las mangostas no son la única causa de la extinción de ciertas especies, pero son un depredador importante para muchas de estas. Al final, sabemos que el manejo de la mangosta u otros depredadores exóticos (gatos y perros salvajes, aves y ratas) por los administradores de vida silvestre continuará mientras las especies vulnerables sigan amenazadas y la destrucción del hábitat siga rampante. El Dr. Waltington presenta una interesante hipótesis, sin embargo, carecemos de pruebas paleontológicas y ecológicas sólidas que puedan revelar los mecanismos exactos por los que varias especies de vertebrados se habían extinguido en las islas del Caribe a lo largo de nuestra vida. Entiendo que el Dr. Watlington quiere traer el siguiente punto: las especies son capaces de adaptarse y los efectos de la mangosta en especies amenazadas a veces son exagerados. De acuerdo, sin embargo, no proporcionó evidencia sólida para que los ecologistas dejen de manejar una especie dañina. En las últimas décadas, hemos estamos experimentando tasas aceleradas de cambio climático, cambio de uso de la tierra e invasiones de especies las cuales resultan en ecosistemas que cambian rápidamente y consecuentemente cambian las distribuciones de especies y se crean ensambles nuevos. Así, la dicotomía nativa vs exótica se convierte en un enfoque obsoleto para el manejo de especies. Más bien necesitamos ver cómo manejar eficientemente las especies, sus hábitats y evolucionar como administradores de ecosistemas. Recientemente, el término "novel ecosystems" fue acuñado para desafiar nuestra forma de pensar sobre las intervenciones en los ecosistemas. No es mi intención discutir la literatura sobre nuevos ecosistemas (también denominados no análogos, emergentes, recombinantes) en este blog, sino sugerir maneras en que este enfoque puede ser útil para manejar paisajes ante un cambio rápido. El concepto de ‘novel ecosystems’ ha surgido del campo de la ecología de la restauración. Desde una perspectiva faunística, los nuevos ecosistemas pueden tener vegetación o animales no nativos, tener una mezcla de especies nativas y no nativas para formar ecosistemas no encontrados en el mundo previamente, nuevas interacciones de especies, niveles tróficos ausentes (Kennedy, Lach, Lugo y Hobbs, 2013, Lugo, Carlo y Wunderle, 2012). Este nuevo concepto no aboga por renunciar al control de especies invasivas o que la mezcla de especies invasivas siempre es buena. Este concepto es un llamado para un nuevo y más realista enfoque de manejo, hacia una gestión consistente de que las especies pueden ser resilentes y que el ecosistema esta por cambiar dada los efectos climáticos. Puerto Rico, similar a otras islas del Caribe, obtiene gran parte de su diversidad actual debido al número de especies introducidas que se han naturalizado (Lugo, Carlo y Wunderle, 2012). Sin subestimar los efectos negativos de la mangosta en la isla, es concebible que las mangostas son miembros clave en asociaciones faunísticas. Por lo tanto, la evaluación de las consecuencias del control intenso de estas especies no puede ser ignorada. El desafío es reconocer cuándo intervenir y cómo incorporar programas integrados de manejo de plagas. Sería interesante encontrar un punto de inflexión o un umbral en las poblaciones de mangostas las cuales desencadenen en respuestas de manejo. Sin embargo, podría ser difícil encontrar ese punto, en gran medida debido a la fluctuación número de poblaciones, la cual aún es desconocida. Un programa de monitoreo a largo plazo es necesario para evaluar si los programas de control son efectivos en un área. Tener esta información podría ahorrar tiempo y costos. Reconocer que más de 100 años de presencia en un área puede estar vinculado a una compleja red de alimentos es importante y tiene implicaciones para las estrategias de manejo de población de especies invasoras. Cabe advertir que la discusión aquí presentada podría ser única para Puerto Rico y este enfoque debe evaluarse cuidadosamente para otras islas. Dr. Waltington plantea una cuestión importante con mangostas y ratas que, como biólogos, podríamos haber pasado por alto. Las nuevas comunidades de animales proveen oportunidades para probar hipótesis o modelos sobre cómo las especies introducidas en diferentes niveles tróficos afectan la estructura de la comunidad faunística, cuáles son los mecanismos de organización de especies. En conclusión: ¿esta especie ya está naturalizada? No me gustan las etiquetas, la mangosta es un depredador importante en la red trófica de la isla y la principal reserva del virus de la rabia, por lo tanto, los encargados de manejos de recursos sabrán cómo manejar la población de mangostas de acuerdo a sus prioridades y fondos disponibles. ¡Nosotros como ecologistas tenemos la tarea de estudiar su papel funcional y, lo que es más importante, comunicar nuestros hallazgos! References:Kennedy, P. L., Lach, L., Lugo, A. E., & Hobbs, R. J. (2013). Fauna and Novel Ecosystems. In Novel Ecosystems (pp. 127–141). John Wiley & Sons, Ltd. doi:10.1002/9781118354186.ch14
Lugo, A. E., Carlo, T. A., & Wunderle, J. M. (2012). Natural mixing of species: novel plant-animal communities on Caribbean Islands. Animal Conservation, 15(3), 233–241. doi:10.1111/j.1469-1795.2012.00523.x Turvey, S. T. (2010). Evolution of non-homologous venom delivery systems in west indian insectivores? Journal of Vertebrate Paleontology, 30(4), 1294–1299. Waltington-Linares, F. (2007). Presuntos implicados: Ratas y mangostas ¿plagas ecológicas? Acta Científica, 21, 53-60.
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